
CICLOS
División de los ciclos según Carlo Cafarra (Giovanni Paolo II, Uomo e donna lo creò. Catechesi sull'amore umano, Città Nuova Editrice-Libreria Editrice Vaticana, Roma 1985):
Primero: 1-23
Segundo: 24-63
Tercero: 64-72
Cuarto: 73-86
Quinto: 87-113
Sexto: 114-129

NÚMERO
Las catequesis presentadas en Insegnamenti di Giovanni Paolo II son 129 según la carta del Arzobispo Leonardo Sandri (Dal Vaticano, il 28 febbraio 2005) presentada traducida al italiano en la edición de las catequesis de Gilfredo Marengo, L'amore umano nel piano divino. La redenzione del corpo e la sacramentalità del matrimonio nelle catechesi del mercoledì (1979-1984), Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2009.
TEXTOS
En esta página presento las catequesis con hipervínculo al texto publicado en la página web vatican.va en italiano con la posibilidad de leerlos en español (arriba a la derecha de la página del Vaticano se ofrece la posibilidad de la traducción).
Colocaré algunos artículos y libros en la sección "Libros" de esta página.
ESTRUCTURA DE LAS CATEQUESIS SEGÚN EL PAPA
El conjunto de las catequesis que comencé hace más de cuatro años y concluyo hoy, puede figurar bajo el título "El amor humano en el plan divino" o, con mayor precisión, "La redención del cuerpo y la sacramentalidad del matrimonio". Todas ellas se dividen en dos partes.
La primera parte está dedicada al análisis de las palabras de Cristo que resultan apropiadas para abrir el tema presente. Dichas palabras se han analizado ampliamente en la globalidad del texto evangélico; y, después de la reflexión de varios años, se ha convenido en poner de relieve los tres textos que se estudian en dicha primera parte de la catequesis.
Ocupa el primer lugar el texto en que Cristo se refiere "al principio" en la conversación con los fariseos sobre la unidad e indisolubilidad del matrimonio (cf. Mt 19, 8; Mc 10, 6-9). Luego, están las palabras pronunciadas por Cristo en el sermón de la montaña sobre la "concupiscencia" en cuanto "adulterio cometido en el corazón" (cf. Mt 5, 28). Y, en fin, vienen las palabras transmitidas por todos los sinópticos en las que Cristo hace referencia a la resurrección de los cuerpos en el "otro mundo" (cf. Mt 22, 30; Mc 12, 25; Lc 20, 35).
La segunda parte de la catequesis está dedicada al análisis del sacramento, a partir de la Carta a los Efesios (Ef 22-23) que nos lleva al "principio" bíblico del matrimonio expresado en estas palabras del libro del Génesis: "...dejará el hombre a su padre y a su madre; y se adherirá a su mujer y vendrán a ser los dos una sola carne" (Gén 2, 24).
JUAN PABLO II, AUDIENCIA GENERAL, Miércoles 28 de noviembre de 1984
LA IMPORTANCIA DE LA TDC PARA LA ANTROPOLOGÍA
"Precisamente aquí aparece claro que la teología del cuerpo, cual nace de esos textos-clave de las palabras de Cristo, se convierte en el método fundamental de la pedagogía, o sea, de la educación del hombre desde el punto de vista del cuerpo, en la plena consideración de su masculinidad y feminidad. Esa pedagogía puede ser entendida bajo el aspecto de una específica“espiritualidad del cuerpo”; efectivamente, el cuerpo, en su masculinidad o feminidad, es dado al espíritu humano (lo que de modo estupendo ha sido expresado por San Pablo en el lenguaje que le es propio) y por medio de una adecuada madurez del espíritu se convierte también él en signo de la persona, de lo que la persona es consciente, y auténtica “materia” en la comunión de las personas. En otros términos: el hombre, a través de su madurez espiritual, descubre el significado esponsalicio del propio cuerpo. Las palabras de Cristo en el sermón de la montaña indican que la concupiscencia, de por sí, no revela al hombre ese significado, sino que, al contrario, lo ofusca y oscurece. El conocimiento puramente “biológico” de las funciones del cuerpo como organismo, unidas con la masculinidad y feminidad de la persona humana, es capaz de ayudar a descubrir el auténtico significado esponsalicio del cuerpo, solamente si va unido a una adecuada madurez espiritual de la persona humana. Sin esto, ese conocimiento puede tener efectos incluso opuestos; y esto lo confirman múltiples experiencias de nuestro tiempo".
JUAN PABLO II
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 8 de abril de 1981
